lunes, 26 de noviembre de 2007

Arcángel y Rakim & Ken –Y bailaron con los quiteños hasta las 02:00


Las agrupaciones de reggaetón se presentaron el viernes pasado en la capital. Más de 18 000 personas corearon sus temas en un repleto coliseo Rumiñahui.

La idea tortuosa de Martha Ocaña (54 años), de acompañar a su hijo Enrique (16) se convirtió, luego de siete horas de reggaetón, en una experiencia provechosa. ¿Quiénes corearon más los temas de Arcángel y Rakim &Ken-Y, los jóvenes o los adultos? La pregunta quedó suelta en el Coliseo General Rumiñahui, el viernes pasado. Más de 18 000 personas acudieron al escenario quiteño.

Desde las 20:45, y quizá sin darse cuenta, cuando el reggaetonero Arcángel piso el escenario, Ocaña no paró de bailar: balanceaba su cuerpo de un lado al otro. Enrique, su hijo, a ratos la criticaba. “Mueve bien los brazos mamá”, repetía el chico.

Arcángel entró con fuerza. La potencia del músico, de 21 años, estuvo matizada por el violín, por el bajo y guitarras eléctricas y por los ‘scratch’ de la música electrónica. Cantó sus éxitos Sin mucha demora, Sin movimiento reptil, Siento el bajo, Soy una gárgola. El cantante es hijo de Carmen Santos, una de Las Chicas del Can.

“Me encanta salir de noche, yo no le temo a la oscuridad, amigo soy de la noche, aunque me rodee de tanta maldad”, cantó a capela el reggaetonero, solo con las palmas del público. Su grupo, Factory Flow, le apoyó a cada instante. Sobresalió Berrie, quien se arriesgó a cantar una balada pop.

Durante algo más de una hora, Austin Santos (Arcángel) complació a todos. Cantó temas que interpretó con De la Ghetto, como Aparentemente o La noche del entierro, que cantó con Los Benjamins. Arcángel prometió regresar. “Somos el futuro del reggaetón, que no se olviden”.

“¡Otra, otra, otra!”, gritó Ocaña, quien con el paso de las horas cambió su balanceo por un movimiento sensual de caderas. Arcángel no tuvo más remedio que regresar. Concluyó con Bonita.

Pasadas las 00: 15, llegó el turno de Rakim & Ken-Y. Este último (Ken -Y) apareció desde las gradas de preferencia cantando Llorarás. Con este tema, el dúo se metió a los asistentes al bolsillo.

Los cantantes de balada reggaetón no dejaron suelto ningún cabo. Interpretaron los temas de todos sus discos. Ahí estuvieron Si la vez, Dime, Down, Igual que ayer, Tengo un amor, Me matas, La noche más triste, Cruz y Maldición...

“Prendan las luces del coliseo”, dijo Ken-Y. “Está repleto”, señalaron los músicos, al ver a 18 000 personas corear sus temas. “La única forma que tenemos de recompensar su visita es cantando”, dijo Rakim. Vinieron Un sueño, Fuera de serie, Me estoy muriendo, Sigue bailando y Buscándote. Pasadas las 02:00, el show cerró con Ken-Y si decides regresar.

Ocaña prometió regresar al próximo show con su hijo. “No son como mis pasillos, para oírlos y entenderlos, sino para bailar”, y buscaba un CD pirata a USD 1.

Afuera cundió la violencia

Mientras el concierto de reggaetón continuaba dentro del coliseo Rumiñahi, afuera el ambiente se puso tenso con dos balaceras que sucedieron desde las 23:30.

Dos bandas de unos 50 delincuentes se enfrentaron con pistolas dejando a varias personas heridas, entre ellos estaban Luis Sango, Olger Madrid, Armando Negrete, Gabriel Centeno y Néstor Flores fueron trasladados a la clínica Pichincha, según informó ayer la Policía.

El 911 atendió a tres de los jóvenes que resultaron heridos en las balaceras y los trasladó al hospital Eugenio Espejo.

Luego de este incidente, una camioneta Chevrolet roja pasó cerca del redondel fuera del coliseo disparando al aire, no se ha identificado a los delincuentes.

Una de las balas entró por una de las ventanas laterales de un carro Kia plateado de placas ICM 354. El conductor, Esteban Monje, resultó herido en la parte posterior de la cabeza. Junto a él iba n su esposa y sus hijos.

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